Textos y Apuntes de taller 

JAVIER URQUIJO

La profunda expresividad de la materia

 

 Cantar a la belleza es uno de los sistemas más atractivos de hacer pintura. Y la belleza se puede alcanzar de varias formas, varios caminos andados ya por muchos y muy reconocidos artistas. Pero, será la materia –en este caso- la base para alzarse al pedestal de lo atractivo; y lo racionalmente bien construido dentro del panorama pictórico martiniano será el segundo elemento importante de la colección, renovada en el camino de una nueva etapa desde la vanguardia.

 

 Roberto Martín, hombre de convencimiento estético muy sensato dentro del panorama de la abstracción aparente, asume un nuevo camino en perfecta comunión con ciertas normas de actualidad estética: son elementos gratamente aceptados como válidos para concebir obras de gusto hasta para los medios críticos, del comercio y la afición. Se puede afirmar que, el color, la materia muy trabajada y esa carga de simbología abstracta en busca de definición, hacen de la pintura de Roberto Martín una lección magistral pendiente de esas muy personales búsquedas razonadas de la intimidad de cada observador que, muchas veces no afloran y quedan en el íntimo secreto o se airean en pequeños círculos como realidades escondidas detrás de un telón profano.

 

 Esto supone que Roberto Martín goce, en su trabajo de ahora, de todas las premisas de la buena obra –como ejercicio profesional- y, luego, añadido al efecto calidad-atractivo, hay submundos escondidos como pueden ser, el aspecto fragmentario con carga religiosa, viejas paredes, viejos suelos, antiguas baldosas, finos ladrillos untados de y por el tiempo, oros y platas patinados por la vida, olores a incienso, ojivas por las que ha colado la fe, momentos con oscuras vivencias proyectadas sin sombra en muros y suelos desbordados por el pasado…

 

 El mensaje icónico de Roberto Martín es algo que se intuye sin apreciar su imagen, quizás marchita por el paso de tiempo y los muy bien logrados cuarteados, roces, ensuciados, mantos de humedad y desperfectos otorgados por la brisa. Jamás se me ocurrirá no pensar en esta exposición cuando vea una pared vacía, rodeada de otros elementos con evidente sensibilidad. La obra de Roberto me ha encantado.

 

 Inevitable para las personas sensibles y exquisitas. Es una gozada.

 

Javier Urquijo